En la noche de 6 junio de 1992 más de dos mil personas se congregaban en
una reducida franja de monte de la isla de Tenerife para presenciar con sus
propios ojos lo que durante meses les había sido anunciado: la aparición de la
mismísima Virgen María. Curiosidad, fe y desconfianza convivieron en una
singular velada en la que no faltaron los fenómenos extraños, un encuentro que
llevaría a su punto álgido una historia fascinante que merece ser recordada...
Dieciocho años después
de aquellos hechos, centenares de personas continúan asegurando haber sido
testigos de lo sobrenatural en torno a la llamada Fuente de Pedro, un enclave
ubicado en las inmediaciones del monte de la Corona, en el municipio tinerfeño
de Los Realejos.
Este escenario, como en
tantas presuntas apariciones marianas, es un entorno natural que encuentra en
la citada fuente, una gruta-galería de la que antaño se extraía agua, el
improvisado altar en el que se centraron los fenómenos en la madrugada del 6 al
7 de junio del año 1992. Desde entonces, aquel espacio que ya albergaba
historias de presencias y apariciones de siluetas o formas humanas sólidas con
aspecto monacal, se ha convertido en un lugar de culto y ofrenda a la Virgen,
"aparecida" bajo las más diversas y contradictorias advocaciones
aquella particular noche.
Cualquiera que acceda a este rincón comprobará por sí mismo
cómo el tiempo no ha desgastado los ánimos de los creyentes, quienes recuerdan
las presuntas apariciones marianas con flores, velas, fotografías y otros
objetos alegóricos colocados en la galería y en algunos árboles sobre los que
se aseguró haber visto aquella manifestación "divina" Este caso
resulta particularmente llamativo y valioso por tratarse de la única aparición
mariana ocurrida en las islas en tiempos recientes, adaptada en la inmensa
mayoría de sus detalles al fenómeno aparicionista mariano contemporáneo:
videntes y mensajes de variado contenido espiritual y terrenal, anuncio
anticipado en meses de aparición pública, fenómenos extraños concomitantes que
anteceden al principal como observaciones de Ovnis, ángeles, danzas del Sol,
etc... y desenlace con una convocatoria pública de seguimiento masivo. Otro
hecho que lo convierte en valioso, especialmente desde el punto de vista
sociológico, es que tras aquella noche no hay intención de continuidad del
grupo que centraba las convocatorias.
Aparición mariana La Corona Parte 1
Aparición mariana La Corona Parte 2
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