domingo, 15 de julio de 2012

PRESENCIAS AGRESIVAS EN EL CEMENTERIO PERROS (LA LAGUNA-TENERIFE)


La Laguna, en la isla de Tenerife vuelve a ser la protagonista de unos fenómenos tan inexplicables como aterradores. En la zona residencial de la Manzanilla, existe un pequeño solar al que los vecinos llaman comúnmente "el cementerio de perros", lugar que recibe el nombre real de Fuente de Cañizares, este recinto data del siglo XVI y pertenecía a la iglesia hasta que fue abandonado para posteriormente llegar a manos del Ayuntamiento de La Laguna que hace unos meses se ha dedicado a su remodelación. Según varios testigos, extrañas sombras y presencias invisibles, que detestan las visitas, actúan de forma violenta con los que osan introducirse en su interior, o tan sólo acercarse al recinto, extrañas lluvias de piedras que surgen de la nada son precipitadas contra los individuos que despreocupados se acercan al lugar. Estos entes agresivos no son nuevos en la historia de la parapsicología pero sin duda son poco frecuentes.


Un caso muy conocido y documentado incluso por la policía, de entes agresivos, es el recogido por Iker Jimenez en su libro Enigmas sin resolver II, el caso protagonizado por una familia de Vallecas, los Gutierrez Lázaro que tras la dramática muerte de la hija del matrimonio comienzan a producirse en su vivienda fenómenos poltergueits, que en numerosas ocasiones se mostraron violentos. Recordemos que el fenómeno de las lluvias de piedras lo podemos encontrar recogido en cientos de crónicas sobre sesiones de espiritismo o sobre algunos lugares "embrujados".


Manolo D. P., fue protagonista directo de un suceso aterrador y verdaderamente angustioso, mientras me narraba los hechos acontecidos era notable su nerviosismo al recordar lo sucedido y prometiendo que jamás volvería a ese lugar:
"Era pleno día y un amigo y yo decidimos saltar el muro que franquea la entrada para ver que había dentro, entramos movidos por la curiosidad, el aspecto que presentaba el lugar era desolador, un par de arboles y un terreno lleno de arbustos secos, franqueados por dos estanques. Apenas llevabamos unos minutos allí, cuando comenzamos a oír ruidos como si alguien caminara entre los arbustos, ademas estos se movían como si algo invisible los estuviera pisando, se aplastaban de manera incomprensible, de pronto eso comenzó a correr. Nos percatamos de que venía hacia nosotros así que corrimos como nunca antes, y saltamos el muro con gran velocidad.¡Lo notaba detrás de mi!, ¡Estuvo a punto de alcanzarme!. Nos fuimos rapidamente del lugar y no he vuelto ni volveré jamás".
 Eduardo J. H., junto con tres amigos fueron testigos de otro hecho extraordinario y que hizo peligrar su integridad física, una entidad no deseaba que nadie estuviera por allí cerca: "Había quedado con mis amigos A. G. H. y O. D. G. a la una de la madrugada en la fuente de Cañizares para ir a dar una vuelta, era Nochebuena y todos veníamos de la típica cena familiar. Llegué en mi moto y lo primero que me llamó la atención fue una espesa niebla que se había formado en ese lugar y estaba localizada solo en éste, estando despejado pocos metros antes de llegar. Todavía no había llegado nadie, supuse que había sido demasiado puntual y me quede sentado en mi moto para esperar, acababa de acomodarme cuando comencé a escuchar sonidos tras de mi, dentro de dicho recinto, me levanté y empecé a gritar llamando a mis amigos que creí me estaban gastando una broma, la broma se tornaba pesada cuando comenzaron a caer grandes piedras que a punto estuvieron de golpearme en la cabeza, puse en marcha mi moto y atravesando la niebla me fui del lugar temiendo salir mal parado."

Es en este momento cuando Eduardo se encuentra a sus dos amigos que habían llegado al lugar antes que él y que con anterioridad habían sufrido exactamente las mismas agresiones que éste, les fueron arrojadas piedras que a diferencia de su amigo, éstas fueron cambiando en tamaño ante su decisión de no abandonar el lugar, como si alguien o algo, pasara de simples advertencias a una agresión directa. Además fueron testigos como una espesa niebla se formaba de la nada y que parecía nacer dentro del solar, niebla que posteriormente dejaría intrigado a Eduardo.


Un cuarto protagonista hace su aparición unos minutos mas tarde,A. L. T. llegaba en un taxi al escenario de los hechos ya que había quedado allí con los demas:"Llegué al cementerio de perros a la 1:10, aproximadamente y me extrañó no ver a nadie ya que mis compañeros tienen la costumbre de ser muy puntuales, estuve escuchando movimientos de arbustos dentro del recinto unos minutos hasta que decidí echar un vistazo dentro, lo que me encontré no lo olvidaré nunca, apenas había trepado el muro y mirado hacia dentro, observo como una figura humana blanquezina, bueno humana...aquello no podía ser nada humano, su cuerpo era como vaporoso y se trasladaba con gran rapidez por el recinto."
Hay algo mucho más extraño si cabe, y es un desface temporal que se produce en el momento entre en el que Eduardo abandona el escenario y el momento en que se encuentra a sus amigos, según el protagonista tardó apenas un minuto en encontrarlos pero su reloj decía otra cosa ¡Habían pasado cerca de veinte minutos!, ¿Qué hizo Eduardo durante éste tiempo, donde estuvo?, ni siquiera él lo recuerda, ¿Fue la extraña niebla la causante de esta pequeña fractura temporal?.Este dato no es precisamente nuevo sobre otros casos investigados, en los cuales los testigos aseguran haber sufrido una importante perdida de tiempo, perdida en la cual resulta evidente decir que los que las han sufrido no recuerdan el más mínimo detalle.

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