Muchas son las casas que en diversos lugares de nuestras islas se ganan el apelativo a punso de llamarse "casas del miedo" "casas maltidas" y un largo etcétera, e incluso nosotros mismos hemos recogido en alguna ocasión las historias de algunas de ellas. Pero esta lista no estaría completa si entre sus páginas no se encontrara recogida una de las casas con mas fenómenos y encanto de cuantas hay en nuestras islas, nos referimos a "La casa del pánico" en el Moquinal, en Tenerife.
Este inmueble, ha recibido numerosos nombres a lo largo de los años (la casa del pánico, la casa de los disparos, la casa de los alemanes, la casa de Franco, etc...), y todos le vienen como anillo al dedo, dado que este lugar está envuelto por todo un elenco de fenómenos extraños e irrepetibles en otro lugar que la hacen especial.
La casa está en la ladera del monte Moquinal y da directamente hacia un precipicio. Actualmente está abandonada e invadida por la maleza y el olvido, pero en su interior se esconden un sinfín de leyendas. Los ecos de la zona hablan sobre sonido de disparos, risas intangibles, ruídos extraños, pasos en el aire y una gran atmósfera cargada de negatividad.
Se ha creado toda una leyenda en torno al lugar y la Guardia Civil tiene constancia de que ha sido utilizada durante años como escenario para ritos de brujería, ya que entre otras cosas, se han encontrado cabezas de gallos, usadas como santería afrocubana.
Una de las historias que giran en torno al lugar fué su pasado uso como residencia de mandatarios de Franco en la época del levantamiento civil. Durante la época de la secesión española, un alto cargo militar del dictador residió en el caserón, usando sus dependencias como centros de interrogatorio para militares republicanos en cautiverio. De esta epoca se llegó incluso a decir que el propio general Franco viajó para hospedarse en ella.
Pasada la guerra civil y tras su abandono por parte de los militares, la hacienda se reutilizó como residencia de las monjas clarisas del lugar, pero tras su marcha, el edificio entró en un estado de abandono del que ya no podría safarse por el resto de sus días. Multitud de personas pasaron por su interior buscando refugio momentáneo, o usándola como centro para diversas actividades de todo índole.
Es en este periodo cuando se comienza a utilizar la casa como centro para brujerías y rituales paganos y satánicos que desde antaño hasta día de hoy siguen ocurriendo en su interior. Desde brujería afro-cubana, como bien muestran los indicios de sacrificios animales avículas, hasta ritos de temática satánica, reflejados en los pentagramas e iconografía dispersa por sus paredes, han tenido lugar en la cumbre del monte del Moquinal.
Pero aquí no acaba la dilatada y oscura historia de la casa del pánico, pueso que el echo mas aterrador que ocurrió en su interior data de finales del siglo pasado, que es cuando comienza la historia de Dámaso "El brujo". Este asesino, frío y calculador, tomó tras su fuga del permiso penitenciario el monte del Moquinal como su fortín y trinchera para pasar los que ya conocía como sus últimos días de vida vendiendo cara su vida, plantando férrea resistencia a las autoridades. Dámaso, que en su juventud había trabajado en el monte en diversos puestos de empleo, conocía como la palma de su mano cada palmo de campo, desde las zonas mas densas donde esconderse, hasta los peligrosos barrancos camuflados en maleza y el entresijado complejo de cuevas de su interior.
Contando con el factor terreno a su favor, puso en jaque a las fuerzas y cuerpos de seguridad de la comunidad, a la vez que engordaba su listado de delitos por asesinato, acabando fría y calculadamente con las vídas de cuantos campistas y montañistas pasaban cercanos al lugar. Su resistencia fué tal, que el gobierno se vió obligado a trasladar un cuerpo de élite de la guardia civil desde la península para acabar con el conocido por todos como "El Brujo", quien se atrincheró en la casa del pánico para combatir al escuadrón que, a fin de todo, vería como el propio Dámaso acababa con su vida en un suicidio desesperado.
Muchos son los sucesos que han ocurrido en su interior, por lo que son décadas y décadas de malas experiencias y energías negativas que han cargado el ambiente del caserío y del monte en plenitud, naciendo quizás de ahí los múltiples sucesos paranormales que ocurren en la actualidad.
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